Al arrendar una propiedad es común que los dueños soliciten, además del contrato y el pago mensual, un monto que se conoce como “depósito de renta”. Esta es una garantía en caso de que existan inconvenientes futuros entre los involucrados.
De acuerdo con Inmuebles24, esta cantidad debe pagarse en su totalidad para tener el derecho a habitar la casa o departamento en cuestión.
Es importante señalar que el monto se devuelve al inquilino al finalizar el contrato, tal cual haya sido aclarado en el documento. Sin embargo, hay casos en los que no se devuelve como los siguientes:
- Cuando hay daños provocados que el propietario no puede cobrar, como desprendimiento de pintura, pisos, duela o alfombras dañadas
- Desperfectos provocados de manera imprudente: ventanas, pisos y puertas rotas, afectaciones a la estructura del inmueble, suciedad excesiva
- Modificaciones al inmueble sin autorización que representen daños o perjuicios al lugar por no ser devuelto como fue entregado
- Para pagar retrasos o faltantes en tus cuotas de servicios como agua, luz, mantenimiento, gas, etc.
Si se da alguno de los casos antes mencionados, el propietario tiene derecho de retener el depósito o hacer uso de él para compensar la morosidad.
¿Por qué es relevante el depósito de renta?
Para Karla González, Marketing Manager B2C de Inmuebles24, el contrato de arrendamiento debe estipular el estado en que se entregó la propiedad. Asimismo, es recomendable indicar de manera precisa las condiciones en las que se encuentra al momento de empezar a habitarlo.
“Toma en cuenta que, si haces modificaciones, aunque creas que son para mejora, sin autorización de tu casero, esto podría ser motivo para descuentos en el reembolso de tu depósito de renta”, comentó.
En la mayoría de los casos, esta cantidad debe ser entregada por completo en el plazo de 30 días una vez que el contrato de arrendamiento termine.
Por otro lado, recomendó a los inquilinos poner especial atención en las cláusulas del contrato que condicionen la devolución del pago. Dicho documento debe contener:
- Plazo y precio del alquiler
- Dirección del inmueble
- Nombres de ambas partes (arrendador y arrendatario)
- Cláusulas
- Fecha de término del contrato
- Cantidad abonada como garantía
- Depósitos y gastos
- Derechos y obligaciones del inquilino y del propietario